jueves, 2 de mayo de 2013

Degustación de la langosta

Las langostas frescas deben ser compradas siempre vivas y batiendo enérgicamente la cola cuando se las coge.
Su caparazón no debe tener no agujeros, tampoco debe tener miembros arrancados, se permite que tengan deterioradas las antenas ya son muy frágiles.
Las hembras se consideran más ventajosas y se reconocen por unas palmas destinadas a retener los huevos bajo el abdomen.
Como todos los crustáceos, la langosta fresca se pone a cocer viva. Su carne es fina, compacta, blanca y delicada y aunque tiene un sabor menos acentuado que la del bogavante, sirve para las mismas preparaciones. Se recomiendan las que son picantes, salteada y flameada, con salsa al curry, asada a la parrilla y servida con mantequilla de albahaca o cocinada con coñac por ejemplo.
Como preparaciones curiosas saber que en Cataluña se cocina con chocolate y que en China la hacen al jengibre (en trozos descortezados y fritos en aceite de sésamo con cebollas, cebolletas y jengibre fresco).

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